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El término coaching ha tomado mayor relevancia en estos últimos años, y es que parte de la mejora continua que toda organización necesita involucra a los colaboradores, puesto que sin ellos el organismo no contaría con los recursos necesarios para alcanzar sus metas.
“Coaching consiste en liberar el potencial de una persona para maximizar su propio desempeño. Se trata de ayudarle a aprender más que de enseñarle” (Whitmore, 1992).
Estudios han demostrado que el coaching genera grandes beneficios para las organizaciones, por ejemplo, en algunos casos se presenta como un proceso en el que participan todos los miembros del equipo, y en otras ocasiones, se presenta como una sumatoria del coaching individual de cada uno de los miembros de la compañía.
Esta herramienta abarca una serie de técnicas que se utilizan en el equipo humano, con el fin de mejorar la comunicación entre las personas que conforman la compañía, generando de esta manera una motivación intrínseca que logre potenciar el crecimiento de la empresa, enfocándose en cada una de las habilidades y cualidades que poseen los empleados.
Otras ventajas que produce dicho proceso son el generar un mayor liderazgo en el dueño del negocio y en los cargos subalternos, ayudándoles a volverse autosuficientes, y a la vez, reducir el estrés y la ansiedad laboral que se genera en la empresa. También, el coaching promueve la creatividad y la resolución de los conflictos internos en el grupo de trabajo, entre otras cosas.
En detalle, algunas de sus funciones más importantes son: 1. Ayudar al equipo a descubrir su identidad. 2. Precisar qué desea conseguir y por qué. 3. Contribuir a que el equipo se ponga de acuerdo sobre lo que no puede o no debe hacer. 4. Ayudar a que el equipo descubra su creatividad. 5. Ayudar a que el equipo desarrolle una resistencia colectiva, es decir, mejorar la forma de gestionar el bienestar emocional en general ante el éxito y el fracaso. 6. Los equipos no solo se benefician cuando miden los resultados de su trabajo, sino también cuando aprenden y ponen en práctica lo aprendido.
Entonces, como dueños de negocios, ¿Cómo podemos iniciar el coaching en nuestras empresas?
Principalmente, vale la pena tener una mejor comunicación con nuestro personal, propiciando un ambiente en el que ellos sientan confianza, comodidad y no teman expresarse.
También es importante crear un ambiente de privacidad donde los colaboradores sientan que serán escuchados y les permita expresar sus puntos de vista sin estar predispuestos a ser juzgados. El jefe debe guiar con determinadas preguntas al empleado para que este plantee la inquietud o el problema que lo abruma.
Algunas interrogantes son: ¿Cuáles son sus objetivos?, ¿Qué se propone lograr? y ¿Qué pasará cuando tenga éxito? En paralelo y a través del coaching, el mismo colaborador va buscando soluciones mientras se cuestiona: ¿Qué puedo hacer para resolver estas dificultades?, ¿Qué me detiene a hacerlo?, ¿Cuándo iniciaré a resolverlo?
Cabe destacar que el coaching puede ser basado en problemas personales o en las áreas de trabajo. El objetivo final es mantener la filosofía de que el problema nunca es el problema.
Por otro lado, el jefe o dueño del negocio se debe encargar de buscar un coach que trabaje en función de resolver las dificultades que se presenten en la oficina. Es importante buscar apoyo de especialistas, utilizando este mismo proceso de coaching ejecutivo, donde se permita expresar los problemas y se creen soluciones objetivas que beneficien a todo el equipo.
Nadieska Hernández
Gerente de Operaciones
BPN Nicaragua
