Según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo, INIDES, la inflación acumulada de este año, a agosto 2022, se situó en 7.58 por ciento. Considero que, por efectos del Huracán Julia, la inflación se incrementará y es muy posible que se ubique en dos dígitos, o sea mayor del 10 por ciento.
Ahora bien, si observamos los datos brindados por INIDES de la inflación interanual (agosto2021-agosto2022), esta se situó en 12.15 por ciento. ¿Qué significa este comportamiento? Si un bien o servicio lo adquirimos a C$1,000.00 en agosto de 2021, ese mismo bien en agosto de 2022 nos costaría C$1,121.50. Por tanto, con la inflación pierdes capacidad adquisitiva, compras menos cosas de lo que podías comprar anteriormente y tu dinero está perdiendo valor.
Pero entonces, ¿qué es la inflación? Los economistas la definen como un incremento en el nivel general de los precios en la economía durante un periodo de tiempo, el cual se mide por un indicador que se denomina Índice de Precios al Consumidor, IPC. En el caso de Nicaragua el aumento generalizado de los precios durante un año (agosto 2021-2022) fue de 12.15 por ciento.
Sin embargo, debemos de aclarar que no todos los precios de los bienes y servicios se incrementan a un ritmo de 12.15 por ciento; el IPC, que mide la inflación, está constituida por una cesta de aproximadamente 300 productos y algunos de ellos pueden incrementarse más del 12.5 por ciento, como es el caso de los alimentos, y otros muchos menos de ese porcentaje; dicho de otra forma, el IPC es un índice promedio del crecimiento general de los precios de los bienes y servicios.
Es importante explicar que los Bancos Centrales de muchos países aplican políticas económicas para mantener una meta inflacionaria máxima del 2 o 3 por ciento anual; en el caso de Nicaragua la meta inflacionaria anual es aproximadamente de 3.50 a 4 por ciento anual. Al respecto debemos de señalar que Nicaragua desde el 2011 no había tenido una inflación anual de 7.58 por ciento, que es la actual inflación acumulada, pero al octavo mes del año, agosto. Por tanto, podríamos considerar que tenemos una alta inflación y que esta tiende a incrementarse en los últimos cuatro meses.
De manera general podríamos mencionar, ya que no es el propósito de este artículo abordarlo de manera detallada, que la actual causa inflacionaria a nivel internacional y también de Nicaragua, obedece esencialmente a problemas de la oferta y del suministro (schok de oferta le llaman los economistas) y, por ende, los altos costos de las principales materias primas e insumos. En el caso de Nicaragua influyó y continúa influyendo la reforma tributaria de febrero de 2019 que elevó los costos de los bienes y servicios. A este tipo de inflación los economistas lo denominan inflación de costes.
Efectivamente, primero el problema de la pandemia del covid19 y posteriormente la guerra en Ucrania generaron y generan que se eleven los precios de las materias primas y alimentos, como, asimismo, se crearon y se siguen creando problemas en el suministro de bienes y servicios. Adicionalmente, tenemos un entorno internacional desfavorable: desaceleración de la actividad económica mundial lo que puede generar tensiones desfavorables en el entorno empresarial local y por supuesto a la ciudadanía en general.
La pregunta obligada es, ¿qué pueden hacer los pequeños empresarios ante este escenario, de incremento general de los precios? Antes de apuntar algunas recomendaciones, anotemos que el aumento de los precios puede afectar a los empresarios de distintas formas. De manera general, resulta mucho más costoso administrar un negocio: los precios de las materias primas e insumos suben y la adquisición de otros artículos se convierte prácticamente en una misión muy difícil.
También, los pequeños empresarios, por lo menos en su inmensa mayoría, no pueden trasladar todos los incrementos de sus costos a sus clientes, ya que encarecería considerablemente el precio del bien final; los usuarios se “resentirían” y muchos de ellos no estarían en capacidad de adquirir los bienes con altos precios. Entonces, ¿qué hacer? He aquí algunas recomendaciones.
1.Gestionar de forma eficiente los gastos de la empresa. Una forma de combatir la inflación es controlando al máximo los gastos que genera la empresa. Cuando la inflación toca nuestra puerta, es momento de revisar los gastos no esenciales y restringirlos todo lo que sea posible. Se trata de disminuir costos y mejorar la eficiencia de la empresa. Reducir desperdicios y controlar los costes de producción. Recordemos: Cada córdoba o dólar ahorrado fortalece el flujo de efectivo de la empresa.
2.Diversificar versus reducción de la cartera de productos o servicios. En este caso se tiene ese dilema: ¿diversificar o reducir la cartera de productos? El pequeño empresario tendrá que analizar las ventajas y desventajas de lo que le conviene. Es decir, diversificar la gama de productos y servicios que se pueden ofrecer, con el fin de obtener mejores rendimientos de la empresa, priorizando aquellos productos y servicios que puedan dejar márgenes más altos; O bien, reorganizar el porfolio de productos y servicios en vista tanto de la dificultad de obtener materias primas como de la reducción del gasto del consumidor.
3.Análisis de la competencia. Es importante conocer que está haciendo la competencia con los precios. Las Pymes no tienen capacidad de influencia sobre los precios, por lo que deben mirar muy detenidamente los datos sobre la demanda y la estructura del mercado. Si la competencia aumenta los precios, a lo mejor ha llegado el momento de hacer lo mismo.
4.¿Colaboración con la competencia? Efectivamente, también es posible implementar medidas de colaboración con la competencia. Por ejemplo, se pueden asociar varios pequeños empresarios de restaurantes o de comedores con el propósito de comprar los productos en mayores cantidades lo que permitiría reducción de costos; de igual forma pueden hacerlo pequeños empresarios de tiendas de ocasión y otros tipos de negocio que puedan comprar en mediana o gran escala con el propósito de abaratar costos.
5.Promover teletrabajo. Cuando sea posible, es necesario estimular el teletrabajo como mecanismo para reducir costes.
6.Acortar los plazos de los cobros. Si su empresa facilita crédito por la venta de sus bienes y servicios, resulta esencial el acortamiento de los plazos de cobros, esto reduce el impacto de la inflación. En un momento como este con una inflación alta, cuanto mayor sea el plazo de cobro a los clientes, mayores serán los efectos negativos de esta en la empresa.
7.No suspender los procesos de digitalización que tiene la empresa. La reducción de costos no debe de afectar a los procesos de digitalización en marcha. Las iniciativas digitales pueden tener un efecto positivo a largo plazo en los costes y, por tanto, en los precios de los productos y servicios. Por tanto, los procesos de digitalización no solo no deben de suspenderse sino avanzar en ellos ya que conlleva a reducir costos.