En los últimos tiempos con la expansión de las redes sociales, uno de los temas que ha sido tendencia es la educación financiera, hay un sinnúmero de influencers que se refieren a esto como la solución para tener negocios exitosos y hasta cierto punto es verdad, tener este conocimiento ayudará a tomar mejores decisiones de cómo administrar el dinero o invertirlo de manera más acertada, sin embargo, quiero hacer énfasis que no es únicamente lo más importante para tener negocios exitosos y perdurables en el tiempo. Sencillamente porque podemos tener la mejor educación financiera, pero el fundamento de toda empresa siempre serán sus valores y estos la sostendrán aun en tiempos de cambios.
Hay un ejemplo práctico que nos enseñan en finanzas, en cuanto al impacto que puede tener la falta de valores en las empresas y me refiero a uno de los mayores escándalos de estafa financiera, como lo fue el llamado caso Enron, compañía de gas que creció rápidamente y expandió sus negocios hacia otros rubros llegó a tener presencia en más de 40 países lo cual la hacía ver como una empresa innovadora y sólida. Las personas la admiraban, las compañías querían ser como ella y porque eso es lo que vendía Enron, diferenciación, lo cual le ayudó a tener una imagen de empresa confiable, estable y en crecimiento. Nadie dudaba de ella. Sin embargo, todo lo que vendían carecía de valores, pues mentían, su éxito, sus productos financieros que se vendían como pan caliente, carecían de respaldo, todo era un engaño, No se puede decir exactamente en qué momento Enron tiró su éxito por la borda. Lo único que se sabe es que en el 2001 se declaró en quiebra, arrastró consigo resultados devastadores, miles de trabajadores sin empleo, sin posibilidad de recuperar sus pensiones, miles de inversionistas que vieron desaparecer sus ahorros y la deuda aún en este tiempo asciende a $150 billones.
La ausencia de valores puede llegar a niveles impensables, pero también nos afecta en nuestro entorno empresarial, por ejemplo, si nuestro eslogan es producir artículos de calidad no podemos vender menos que eso, hacer lo contrario solo sería una incoherencia entre lo que decimos y hacemos, y como resultado no solo perderemos algunos clientes si no también nuestra reputación. ¿O qué hay cuando nuestros mismos colaboradores mienten? La falta de valores en las empresas no se puede considerar como algo superficial, es como una pequeña bola de nieve que si no se considera traerá grandes pérdidas, incluso la muerte empresarial.
El mayor desafío como empresario es comprender claramente que cuando hablamos de valores, tiene más relevancia la manera de como actuamos que lo que pensamos y decimos. Y para que los valores tengan importancia es indispensable que los trabajadores también compartan su significado explícito, estos deben vivirse, para no convertirse solo en buenas intenciones que adornan nuestras recepciones u oficinas, sino que contengan una evidente aplicación. Por lo tanto, se deben mantener, promoverlos y divulgarlos constantemente. El reto es convertir “listas de valores” en “listas evidentes de nuestro comportamiento”. Invertir tiempo y recursos en los valores, siempre traerá como resultado una empresa fuerte y cada miembro del equipo, se sentirá motivado, logrará alcanzar sus objetivos de manera más eficiente y satisfactoria y se creará un ambiente de unidad.
Recuerde que tener una declaración de su visión y de sus objetivos indicará hacia dónde se dirige su empresa. Pero sus valores le indican cómo actuará y perdurará en el camino.