Nosotros necesitamos esperanza, porque es un motor que nos mantiene moviendo hacia delante. El problema es que a veces basamos nuestra esperanza en fundamentos inestables, entonces a veces las cosas no salen como lo “esperado”. Cuando eso pasa demasiadas veces, tal vez ni queremos obtener esperanza de nuevo, por el temor de ser decepcionado otra vez. Así que nos tenemos que hacer 2 preguntas: ¿cuál es una buena base para tener esperanza? Y, ¿Cómo perdemos el miedo de ser decepcionados? Bueno, si nuestra esperanza es bien fundada no hay razón de tener miedo, así que básicamente es una sola pregunta. Porque sí, necesitamos esperanza verdadera, especialmente en tiempos como estos.
Entonces definimos primero que es esperanza, porque lastimosamente se ha cambiado el significado original de este término. Cuando alguien dice “espero que no vaya a llover” o “espero ganar la lotería” vemos que en el lenguaje común “esperar” ha tomado el significado de “desear”, pero con incertidumbre en relación con un evento futuro. Pero, la Asociación Americana de Psicología define esperanza de la siguiente manera: la expectativa de que uno tendrá experiencias positivas o de que una situación potencialmente amenazante o negativa no se materializará o finalmente resultará en un estado favorable.
“Expectativa” conlleva cierta certeza, no duda y eso es el punto fundamental: esperanza tiene un fundamento sólido, no es un deseo de un alma desesperada. Para tener una expectativa segura tenemos que conocernos a nosotros, nuestras habilidades, la manera cómo podemos influenciar las circunstancias y como tener acceso al ámbito de la eternidad. Si una situación no es tan retadora, puedo basar mi esperanza en mis habilidades visibles y todavía tener una expectativa de buenos resultados. Entre más retador es una situación, más necesito basar mi esperanza en las soluciones que provienen de un ámbito superior a mis habilidades naturales. Tener acceso a la eternidad me da acceso a soluciones que en el ámbito de la realidad visible todavía no se ha manifestado, pero que sí existen, solo en otro dominio. Víctimas sienten el deseo que por alguna proveniencia las cosas no saldrán mal. Empresarios tienen la expectativa que sus propias acciones, su análisis fundamentado, su planificación estratégica, su esfuerzo continuo, su inversión en el capital humano y su servicio al cliente tendrán frutos. Que siempre se encuentra un camino. Que resistencia es la oportunidad de encontrar caminos nuevos y dificultades la oportunidad de innovar y aprender algo nuevo. La esperanza es un componente de la motivación que es fundamental para el logro de objetivos.
Entonces, ¿Cómo mantenemos viva la esperanza verdadera? ¿Cómo no la perdemos y resistimos al miedo de ser decepcionados en tiempos inseguros?
- Mantenga una lista de tus habilidades y fortalezas.
- Analiza bien tu entorno y crea planes que puedes seguir ejecutando.
- Dedica tiempo para desarrollar tu conexión con el dominio de la eternidad para aprender como traer soluciones al ámbito visible de la realidad.
- Mantenga y revisa frecuentemente una lista con situaciones favorables, dificultades sobrellevadas del pasado (propias y de otros).
- Guarda lo que entra en tus pensamientos, y lo que sale te du boca, porque palabras influyen el ámbito invisible (y tu propia creencia).
- Termina cosas antes de iniciar otras. Tener mini-éxitos te motiva en vez de tener 100 cosas no terminadas, que forman una montaña frente de ti.
¡Y no te olvides de compartir tu esperanza con otros, porque la esperanza es contagiosa y deseada en estos tiempos!